30 de junio, Laporta, otra vez en el último día

A Joan Laporta le encanta transitar por la cornisa, apurando hasta el último día para conseguir los objetivos que se propone. En su Barça, que preside desde el 7 de marzo del año pasado, se vive al límite, prácticamente desde el primer día. Tuvo tiempo su directiva para cerrar el acuerdo con Sixth Street, el fondo de inversión estadounidense, que le permita superar, con una inyección de más de 20o millones por el 10% de los derechos televisivos en los próximos 25 años, el obstáculo de los números rojos al cierre del ejercicio económico correspondiente a la temporada 21-22. Hasta el último día de plazo aguanta Laporta para sellar ese contrato, cuyas negociaciones empezaron hace "dos semanas", según la versión que dio Víctor Font, el candidato que quedó en segundo lugar en las pasadas elecciones. Unas conversaciones con Sixth Street, que ya tiene un acuerdo con el Madrid, pero en este caso es distinto porque ha pagado 360 millones para obtener a cambio el 30% de la gestión comercial del nuevo Bernabéu. En el Barça, es una operación financiera para evitar una tercera temporada consecutiva con pérdidas. La junta necesita dinero líquido para tapar el inmenso agujero que ha sacudido la caja del club y Sixth Street se lo ofrece justo a tiempo. Casi con la campana a punto de sonar, pero debería llegar para detener la hemorragia y suponer todo un alivio. Sin aliviar el fair play Esa inyección del fondo norteamericano no alivia, sin embargo, el fair play salarial, pero sí tendrá, si se acaba firmando, aunque sea en el último día, un impacto para cambiar los números rojos por los verdes. Y sería, al mismo tiempo, el primer paso para atenuar el patrimonio neto negativo, superior a los 500 millones de euros, que estrangula la vida del club. A Laporta le quedaría en el mes de julio que arranca otras vías alternativas para poder equilibrar las cuentas. La primera sería también la venta del 15% restante, que se podría realizar troceadas y en dos operaciones distintas, con el objetivo de reunir, al menos, otros 300 millones más. La segunda vía sería la venta del 49,9% de BLM, la empresa que gestiona el merchandising del Barça. Avales, Griezmann, Auba... Laporta recibió el aval mayoritario de la asamblea (obtuvo el 84% de los votos) para esa venta de activos el pasado 16 de junio. Desde entonces, se intensificaron las conversaciones con varios fondos de inversión, una vez descartada totalmente la opción de CVC como pretendía Javier Tebas, el presidente de LaLiga. Y fiel a su tradición de resolver los problemas en el último suspiro, como ha venido haciendo en el inicio de su segundo mandato, el presidente agota el tiempo. No, no es ninguna exageración. Ya ocurrió, por ejemplo, cuando tuvo que reunir el aval de 124 millones de euros para poder tomar posesión de su cargo. Lo hizo pasadas las dos de la madrugada. Algo similar sucedió en el pasado mercado veraniego cuando se cerró la marcha de Griezmann (era a las 23.59 h, un minuto antes del tiempo límite), coincidiendo con la llegada de Luuk de Jong como cedido, procedente del Sevilla. Idéntico procedimiento se repitió en el cierre del mercado invernal para sellar el fichaje de Aubameyang, también en el último día. La preocupación de Xavi Y en esta situación se halla, de nuevo, Laporta, acostumbrado como está siempre a surfear esos angustiosos momentos donde el reloj corre más deprisa que nunca en contra de sus intereses. Pero en esos tres escenarios (avales, Griezmann y Auba) se ha salido con la suya, por mucha presión a la que se enfrente. Xavi, en cambio, no se siente tan cómodo como el presidente porque el calendario se le echa encima y todo sigue igual en el vestuario. Sin que lleguen los fichajes, sobre todo Lewandowski, que ha pedido y sin ejecutarse la liquidación que necesita para regenerar, y de verdad, al Barça.

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