CUATRO SEGUNDOS, CUATRO TOQUES MÁGICOS

El jardín de Pedri

Pedri empalma el derechazo que supuso el 1-0 al Sevilla en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

Bailó primero con la pelota en una jugada durante la segunda mitad que puso en pie al Camp Nou. Bailó feliz quebrando a defensas del Sevilla en el interior del área, pero cuando pudo disparar Pedri con la pierna izquierda le salió ese alma generosa que acostumbra. No miró entonces a la portería de Bono. Decidió pensar en Aubameyang que estaba solo, pero se cruzó una pierna sevillista para frustrar la primera gran obra de arte tramada por el joven prodigio canario.

"¡Pedri, Pedri, Pedri…!", gritó entusiasmado el templo barcelonista, donde se habían congregado 76.112 fieles, la segunda mejor entrada de la temporada tras el clásico con el Madrid (86.422). Perdón, la tercera mejor asistencia porque el récord de este curso corresponde al clásico femenino de la Champions (91.553). Aún faltaba la octava y penúltima maravilla de Pedri para levantar al Camp Nou hasta llevarlo al paraíso.

No solo por la inmensa belleza que desprendía ese gol. Ni siquiera porque se burló, con absoluto respeto, del Sevilla dibujando una jugada extraordinariamente irreal. Nadie imaginaba que Iniesta volvería de Japón por unos segundos. Ni que Messi, que estaba jugando en el Parque de los Príncipes, hiciera un viaje fugaz desde París.

Gavi felicita a Pedri tras su soberbio gol al Sevilla en el Camp Nou.

/ Jordi Cotrina

"¿El gol? Parecido al de Turquía. Siempre que veo una pierna delante recorto y chuto"

Pedri, jugador del Barça

Todo eso sucedió en el balcón del área del Sevilla cuando el reloj empezaba a amenazar al Barça. Quedaban ya menos de 20 minutos para el final. Y entonces, la pelota, juguetona ella, caprichosa y dinámica, se paró sobre la bota izquierda de Pedri. Quedó fusionado el cuero con ese delicado pie. A partir de aquí, construyó una monumental obra de arte.

"¿El gol? Parecido al de Turquía. Siempre que veo una pierna delante recorto y chuto", afirmó el canario, quien sí recordaba lo que acababa de hacer, algo que no le sucedía en Estambul. De aquel tanto al Galatasaray no había rastro en su memoria. Del que firmó al Sevilla es para no olvidarlo nunca. Recortó y chutó.

Los jugadores del Barça felicitan a Pedri tras su gol al Sevilla en el Camp Nou.

/ Jordi Cotrina

Pero recortó a dos tipos con enorme oficio defensivo, gente que lleva en el fútbol años y años como Rakitic, el primero que cayó en la trampa de Pedri. Luego, le tocó a Diego Carlos. "Desde que chuto veo que va a entrar", afirmó con esa humildad pedrisca que le caracteriza.

"¿El gol de Pedri? Es difícil de explicar", admitió Diego Carlos, el central del Sevilla. "Estamos defendiendo demasiado abajo. Teníamos que sacar al equipo más rápido de atrás", dijo.

Pedri controla el balón durante el Barça-Sevilla en el Camp Nou.

/ Jordi Cotrina

Cuatro segundos, cuatro toques

No tuvo tiempo el equipo de Lopetegui de salir desde atrás. Controló con la derecha Pedri, amansó el cuero con la izquierda y después se inventó dos recortes fabulosos. Eran, en realidad, dos fintas. Apenas cuatro segundos. Apenas cuatro toques. Y todo para gestionar el espacio necesario porque no podía ni en la primera opción ni tampoco en la segunda.

Pedri inicia la jugada de su maravilloso gol al Sevilla en el Camp Nou.

/ Jordi Cotrina

"Pedri ya es líder. Ha sido un golazo, es un jugador superlativo. Él siempre pide la pelota, me recuerda a Andrés, siempre pidiendo el balón. Es otro tipo de líder"

Xavi, técnico del Barça

Cuatro segundos, cuatro toques y Xavi pegando botes de felicidad en la banda mientras el Camp Nou enloquecía porque ese chico, canario él, detuvo el mundo durante un breve lapsus de tiempo donde confluyeron en el balcón del área Iniesta, Messi y Pedri. Ya sabía él que iba a ser gol ese disparo que levantó a millones de personas. Un gol de Leo. Pero con la derecha.