Fundació Barça, genuino y puro fútbol

En el campo cinco de una vacía ciudad deportiva del Barça en Sant Joan Despí está todo preparado. A pocos metros de allí, y en un pequeño vestuario, aguardan pacientemente sentados jugadoras y jugadores. El silencio domina la escena. Silencio solo rasgado por la voz cómplice de Josep Ferré, el segundo entrenador del equipo de la Fundació Barça. Está dando una charla táctica. Aunque, en realidad, no es una charla solo de fútbol. Son preguntas que lanza y respuestas que obtiene, ya sea de Marc Cutillas, Montse Durà, Pol Montía, Jenny Cabanillas, Adrià Alonso… y así hasta 24 voces (20 masculinas y cuatro femeninas de edades entre los 17 y 34 años) con diversidad funcional, que han encontrado la pureza del fútbol. «¿Cuando tenemos la pelota que hacen los demás?», pregunta Ferré. «Separarnos del contrario, tenemos que dar altura y profundidad», indica Miquel Chavarría. «Sí, eso está bien, pero ¿qué más?», apunta el técnico. «Debemos fíjarnos en la posición corporal. ¿Por qué? Para recibir bien el balón y tener toda la visión del campo», subraya Eli, Elisabet Fernández. «Buscar y atacar la espalda del contrario”, recalca Salva Vidal, un “delantero con personalidad». Sergi Mascarell, primer entrenador y guía de esos jóvenes que han descubierto en el balón una forma de dar sentido a su vida, continúa callado. Ni han pisado el césped y ya están todos jugando el partido. Llevan toda la semana imaginando ese momento en que, con la camiseta azulgrana, con el nombre a su espalda, se sienten lo que son: jugadores del Barça. Pero no es solo fútbol. Ni mucho menos. "Si te quedas parado cuando perdemos el balón haces que los demás trabajen más", indica el segundo entrenador. "¿Qué valor tenemos que aplicar cuando se pierde la pelota?", interviene entonces Mascarell. "Nos tenemos que ayudar, ser más compañeros que nunca", indica Cristian Ginestar, uno de los dos porteros junto a Abelix, "un gran comunicador" que inyecta alegría al grupo. "El valor de la responsabilidad, compañerismo y solidaridad", apunta Ángel Guillorme completando la frase que había iniciado Pablo Sánchez, levantando ambos una ovación espontánea de todos (staff incluido) en ese pequeño vestuario que late con energía y fuerza. "Solo hacemos una cosa antes de salir al campo, por favor", suplica el entrenador. "Cerremos los ojos y pensemos en quien está comprometido a dar siempre un paso más en favor del equipo", dice mientras el silencio inunda de nuevo el lugar sagrado de la Fundació Barça. Ojos cerrados en una escena que se prolonga durante segundos que se hacen eternos hasta que las primeras voces gritan: "‘¡Lo tengo, lo tengo! ¡Estoy a punto, estoy a punto!’", suelta Ale, Alessandra Campanini-Bonomi. Entonces, salen felices pisando el césped, rodeados de la electricidad que desprenden sus familias, felices ellas también porque han visto como el deporte ha impactado de forma positiva en el día a día de sus hijas e hijos. Pero antes de empezar tienen que practicar. Un par de rondos para ejecutar los últimos movimientos junto a los banquillos. En el centro del campo están Adri, sentado en una silla de ruedas, como consecuencia de la fractura de peroné, y Álex, con una grave lesión de astrágalo. Miran con envidia a ese balón que transita de pie en pie. No se pierden ni un entrenamiento ni un partido de sus compañeros. "A un toque, a un toque", le dice Amine Bachir, delantero, puro nervio, a Guillermo Coder, otro atacante capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. Junto a Adri y Álex están Tina González y Beth Puigdesens, dos psicólogas deportivas, que completan junto a Francesc Martínez (entrenador-psicólogo) y Emilio Gómez (técnico ayudante) el grupo de trabajo de Mascarell. "El balón más rápido, más rápido", pide Ferré, el segundo entrenador. Todos irradian una sensibilidad especial. En sus gestos. Y en sus palabras. "Es una apuesta firme por la igualdad, por eso hicimos que en el equipo Genuine se incluyese a personas con Síndrome de Down" Rodrigo de la Fuente, Fundació del Barça Cuando empieza el partido, el fútbol se vuelve más puro aún si cabe. Y Rodrigo de la Fuente, el exjugador de baloncesto, observa desde la banda, convertido ahora en uno de los símbolos de la Fundación del Barça, como la pelota transita feliz por la ciudad deportiva. "Es una apuesta firme por la igualdad, por eso hicimos que en el equipo Genuine se incluyese a personas con Síndrome de Down", apunta mientras dos encuentros se disputan al mismo tiempo ante el 'Dream Team' del Anoia. Lo de menos es el resultado. "Queremos avanzar en la integración de estas personas con diversidad funcional para que se conviertan en referentes para otros jóvenes", subraya. Sergi Rodríguez, Pablo Sánchez, Vladimir Alert, Miquel Chavarría, Dani Rodríguez, Manel Solà y Marco Povedano, al igual que todas sus compañeras y compañeros, ya lo son. Basta verlos cada lunes, casi una hora antes de arrancar el entrenamiento, aguardando inquietos en la puerta de la ciudad deportiva el segundo momento más importante de la semana. El primero es cuando juegan. Y este fin de semana han debutado en la Liga Genuine, que cumple su cuarta temporada con un mensaje de integración y de responsabilidad social. Han debutado con un viaje a las islas Canarias donde disputaron dos partidos. En el debut lograron este sábado por la mañana un triunfo (0-1) sobre la Fundación Albacete y en el segundo encuentro, ya por la tarde, otra victoria sobre la Unión Deportiva Las Palmas (0-2).

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