Marc André ter Stegen está bien. En buen estado anímico, y en buena forma física. Eso dice el portero del Barça, que no logra despejar las dudas que suscita su rendimiento por el menor número de paradas efectuadas y el mayor número de goles encajados: 41 tantos en 31 partidos con él bajo los palos.

Una de las explicaciones de esa perceptible pérdida de eficacia –aunque la media de goles recibidos ha aumentado respecto a campañas anteriores– se atribuye a las dos operaciones que ha sufrido en el tendón rotuliano de la rodilla derecha en los dos últimos veranos.

"La gente siempre opina y tiene más conocimientos que los demás, incluso hay personas que saben más que yo", replicaba el meta alemán. Su desmentido a la presunta pérdida de facultades la vehiculó a través de un alegato personal blandiendo su honradez: "Si estuviera mal o mal de forma, no estaría en el campo. Tengo una responsabilidad con el equipo, conmigo mismo y con el club".

Momentos menos buenos

Ter Stegen afirmó que se siente en un buen estado de forma. Sabiendo que en el fútbol "hay buenos momentos y otros menos buenos" el momento actual suyo, afirmaba, es de los álgidos. Pero también ha habido de malos y antes de tener que pasar por el quirófano. Por ejemplo, cuando se hizo con la titularidad tras desbancar a Claudio Bravo.

Arrancó la temporada 2015-16 como titular y encajó 9 goles en tres partidos. En los 9 primeros encuentros encajó tres tandas de cuatro goles: del Sevilla en la Supercopa de Europa (5-4), del Athletic en la de España (4-1) y en y del Celta en la Liga (4-1). Balaídos es su campo maldito. Esta temporada se llevó tres más. En Europa se ha tragado todos los batacazos del último lustro.

Ter Stegen no sufre secuelas de su paso por el quirófano. Si no ha progresado, y si esa es la sensación general, es porque esas lesiones (u otras) suponen un parón al trabajo cotidiano y afectan a cualquiera. No solo a él como portero.

Gasolina al fuego

"Alguno de vosotros ha aprovechado para echar un poco de gasolina al fuego en las últimas semanas", deslizó con una sonrisa, y sin aparente acritud Ter Stegen, sentado en la sala de prensa del estadio Maradona y frente a los periodistas.

Dijo entender el trabajo de la crítica, pero el suyo consiste en "analizar" sus actuaciones en los partidos y detectar cuáles son los fallos que comete, "que a lo mejor no los véis", apuntó. "Y estoy bastante tranquilo con mi rendimiento proque estoy haciendo bien muchas cosas y en otras sé que tengo que mejorar", subrayó.

No las enumeró, claro. Pero Ter Stegen no ha sido el meta fiable de antes que salvaba puntos. "Analizo mi juego y es así desde que empecé en el fútbol", insistió, como si esta fase de su carrera transcurriera en la normalidad después de haber sufrido, como los demás, las vicisitudes del equipo durante esta temporada. Que no han sido pocas.

"Xavi tiene una idea muy clara de cómo quiere que juguemos y eso no es algo que se pueda cambiar en un momento", se defendió. "Ahora estamos disfrutando. Estar convencido de lo que haces y de lo que tienes que hacer te da confianza y tranquilidad". Así entrará al césped del estadio Maradona. Para parar todo proyectil que se dirija entre los tres palos.