La figura presidencial

Laporta, credibilidad ante el fracaso

La renovación de Messi fue una promesa largamente expuesta que no se ha cumplido. Pero no parece que la calle vaya a responsabilizarle de ello. El presidente apela a la responsabilidad ante un test de estrés mayúsculo.

Joan Laporta comparece para explicar la marcha de Messi del Barça. / REUTERS / ALBERT GEA

Siempre ha existido el temor de que Leo Messi se fuera del Barça como tantas figuras en el pasado. De malos modos, entre reproches, consecuencia de una gestión chapucera. Es a lo que estábamos acostumbrados y el burofax del agosto pasado anticipaba el desenlace histriónico de siempre. Imposible de prever que el futbolista más determinante de la historia se marchara por algo tan administrativo como la falta de margen salarial. ¿Quién podía imaginarlo? Una despedida de lo más insólita, de lo más fría.