Víctor Tomàs: "Una retirada como la mía es más traumática. Lloré mucho"

El próximo miércoles se cumple un año del anuncio de la retirada de Víctor Tomàs. El capitán del Barça, tras 18 en el primer equipo, se veía obligado a dejarlo a los 35 años por un problema cardíaco. Iba a retirarse al final de la temporada pero acabó jugando su último partido sin saberlo, la final de la Copa del Rey en la que conquistó su 69º título como azulgrana. La pandemia impidió que se pudiera retirar como quería. Un año después recuerda como vivió ese doble golpe y explica cómo se ve el balonmano desde el otro lado de la barrera. ¿Cómo recuerda el día en que anunció su retirada? El día de hacerlo público entrené antes por la mañana. Fue un entreno emotivo y complicado, porque todos los compañeros ya sabían lo que iba a pasar. Recuerdo preparar en casa lo que quería decir durante la rueda de prensa. Lo lloré mucho con mi mujer, no quería derrumbarme, porque soy de lágrima fácil. Tengo un recuerdo de que fue un día difícil pero muy bonito, porque fue el día que me di cuenta de cuál era mi figura como deportista y como barcelonista. El día de mi retirada vi cómo me veía el barcelonismo y la gente del deporte y de rivales con los que había jugado muchas veces. Las llamadas más duras son las que hice yo a la gente más cercana a mí antes de hacerlo público para todo el mundo. Fueron llamadas en las que lloré mucho y mucha gente lloró conmigo. Ahora tengo un recuerdo bonito. Cuando el doctor se lo dijo, ¿cómo recibió el impacto? Fue un golpe duro. Estás entrenando, compitiendo, sintiéndote físicamente muy bien y te dicen que probablemente tendrás que retirarte a final de temporada. Lo recuerdo como que no te lo terminas de creer que pueda ser. La confianza que tengo con Guti me hace encender las alarmas: hablar con mi mujer, con mis padres, que son los que siempre están. y empezar a prepararme mentalmente para una posible retirada. ¿Antes de eso tenía en mente que algún día llegaría la retirada? Yo creo que como me pasa a mí es más traumático, porque me pasa de un día para otro. Si tú eres un deportista que has tenido una lesión que no te terminas de recuperar, que estás en los treintaylargos ya lo vas viendo que te llega. El sentimiento que tenía es que me quedaba cuerda, unos tres años más aproximadamente, que estaba aportando aún en el equipo, que aún era un jugador con peso... No veía cerca la retirada en ese momento. Y por eso ese estremecimiento. Con el club no habría tenido conflicto, con 'Pasqui' y 'Barru' siempre me han puesto todas las facilidades. Hubieran sido 3, 2 o 4 nos habríamos entendido. Un mes después del anuncio juega su último partido, y sin saberlo... Llega la final de la Copa del Rey en Madrid, jugamos y ganamos, hice un mal partido personalmente y luego se desencadena todo. A la semana siguiente nos mandan el jueves a casa. Y luego pasa lo que todo el mundo ha sufrido en mayor o menor medida. A nivel emocional, ¿cómo encajó ese segundo golpe? Muy duro. Cuando hago el anuncio el 3 de febrero tengo unos esquemas en mi cabeza, que podré jugar a final de temporada, que me podré despedir, con el deseo de poder decir en primer lugar adiós al Palau, que sigo considerando mi casa, a la gente que me ha seguido tantos años y después de que podré decir adiós en una 'final four'. Luego todos esos esquemas se van, especialmente cuando se traslada la 'final four' primero de finales de mayo a agosto. Primero pienso 'bueno, probablemente podré jugar'. Pero cuando se traslada de agosto a diciembre mi deseo es seguir pero no puede ser. Médicamente hablo con el doctor y me dice que no puede ser. Es un momento duro porque lo que quieres es poder decir adiós, tras una carrera de 18 años, en la que afortunadamente he tenido muchos éxitos a nivel de títulos, he estado con grandísimos jugadores y equipos dentro del club, he podido hacer realidad muchos de los objetivos de mi carrera. Tras una trayectoria así no poder decir adiós jugando es un golpe duro. Desde su anuncio hasta el parón de la competición tanto en el Palau como en otras pistas notó el cariño no solo de su afición sino el de otras. Fue especial. Llevo muchos años yendo por los campos de España, casi 200 internacionalidades con la selección, he sido un jugador muy presente en el balonmano español en los últimos 20 años. Y ver cómo en Huesca o especialmente en Pamplona, en el primer partido tras anunciar la retirada, la gente se levante y te aplauda fue muy especial. Es una cosa que llevaré siempre, ver que las aficiones rivales te dan ese aplauso y respeto por el balonmano. Salvando las distancias, un poco lo que vivió Iniesta en su última temporada en el Barça. Sí, salvando las distancias, porque el fútbol es lo que es, pero yo lo sentía así. Cuando lo tuve lo disfruté y aprecié mucho. "El ambiente de equipo y la competición son lo que más echo de menos" Tras 18 años en el primer equipo, ¿cómo se ve el balonmano desde la barrera un año después? La acción de jugar a balonmano a día de hoy no la echo de menos. Sí que echo de menos el sentimiento de equipo, el día a día dentro del vestuario y, lo que más, competir. Preparar durante la semana cosas para aplicarlas el sábado. El ambiente de equipo y la competición son lo que más echo de menos.¿Se ha readaptado a su nueva vida, pese al condicionante de la pandemia? Sí, llega un momento en el que toca hacer un cambio de chip y toca seguir avanzando. La vida ha cambiado para todo el mundo. Soy un privilegiado: sigo teniendo trabajo dentro del club en un momento muy complicado en el que hay gente que lo pasa mal para poder tener trabajo y que tiene problemas serios. Trabajo en el club, estoy bien de salud, puedo hacer deporte, porque era el deporte de alta competición lo que hacía que tuviera ese problema. Tengo una vida familiar completa. Yo durante la semana estaba un día y medio fuera pero estaba con los niños por las tardes. Pero he descubierto lo que son los fines de semana. ¿Los niños ya saben que papá ya no juega? La niña no, porque es muy pequeña. Y cuando juega el Barça dice "mira papá, eres tú". Pero el niño sí que se da cuenta. Ahora durante el Mundial viendo a la selección española, ve jugadores del Barça y los conoce dice: "bueno papá, cuando se te pase este problema del corazón volverás a jugar con tus amigos". Y le tengo que decir, "no, cariño, papá no podrá volver a jugar: puede jugar contigo o con tu hermana, pero no puede volver a jugar con sus amigos". Y al cabo de cuatro o cinco días lo vuelve a preguntar. Sabe que pasa algo, pero no sabe bien bien qué, pero ve que papá ya no está jugando. Tiene esos momentos en los que dice "yo quiero que vuelvas a jugar", pero es lo que hay. Bueno, a papá igual le pasa lo mismo, que le gustaría poder estar con sus amigos. Mi hijo tiene ganas de volver al Palau y verme jugar a mí pero también de volver a ver jugar al Barça. Porque él lo disfrutaba mucho y tiene ganas de animar y pasarlo bien. Creo que es el sentimiento mío y el de los culés. Se está haciendo muy largo y queremos poder hacer vida normal fuera de lo que es el teletrabajo de cada uno, en el tiempo libre poder ver a los familiares que quieras, poder cruzar de municipio cuando quieras, poder ir al Palau o Camp Nou. ¿Cómo se imagina su partido de despedida o de homenaje en el Palau? No lo he pensado. Lo que sea y cuando sea bienvenido será. No es algo que esté pensando ahora mismo porque lo veo tan lejos... Cuando pueda ser, que sea un día que la gente pueda ir al Palau con normalidad. Que no tenga que pensar por dónde tiene que circular, si tiene que agruparse en grupos de cuatro o seis o de si puede entrar en el lavabo porque hay dos personas dentro... Y eso es de aquí mucho tiempo. ¿Habiendo vivido el ambiente del Palau, qué sensación le genera ver ahora partidos sin público? Al final nos acabamos acostumbrando a todo. Y creo que es un poco peligroso no tanto por los que estamos fuera sino para los jugadores. Es peligroso que los jugadores se estén acostumbrando a jugar sin público. A lo mejor ya habría jugadores que te dirían "bueno a mí no me importa jugar así". Ese sentimiento de la competición, de la presión. Tengo curiosidad por ver cómo responde todo el mundo cuando se pueda volver a los pabellones. Habiendo tenido la conexión que hemos tenido con el público del Palau me da pena verlo sin público, que no se pueda asistir a los partidos. ¿Viendo el Mundial, recuerda el que conquistó en Barcelona? Sí, lo que vivimos en el Mundial aquí fue espectacular. Nos sentimos futbolistas durante un mes. Los diarios y teles no paraban de hablar de nosotros. Salías a la calle y la gente te paraba. Fue una sensación muy bonita como deportista. Y poder ganar en Barcelona con un Sant Jordi lleno y de la manera que lo hicimos fue un gran recuerdo. Paseo por casa y veo las estanterías con recuerdos de momentos importantes y tengo grandes recuerdos de cada una de ellas. ¿Tras caer en semifinales del Mundial, cree que España se llevará el bronce en Egipto? Es una incógnita. Es el partido que ninguna selección quiere jugar. España creo que estará físicamente mejor que Francia, pero ganará el que mentalmente se recupere mejor. ¿Cuál fue su mejor recuerdo como deportista? El Mundial fue un grandísimo momento, pero para mí los dos grandes momentos fueron el bronce olímpico de Pekín-2008 y levantar la Champions del 2015 como capitán del Barça. Para un culé de nacimiento ese privilegio es un recuerdo imborrable.Dejó la capitanía en buenas manos. Sí, y tanto. Raúl Entrerríos es un icono del balonmano estatal y del Barça. Ha sido un ejemplo de profesionalidad, trabajo y elegancia. Y como persona y como jugador es un 10. Lleva muchos años trabajando con niños en su campus y una de sus nuevas atribuciones en el club es la prevención de abusos. Sí, es un proyecto que lleva tiempo trabajándose, pero en los últimos meses más intensamente. El grueso de menores en la Masia, la escuela del Barça, y en secciones profesionales y no profesionales es muy grande Y creo que desde el club es muy positivo que se quiera tener un control muy exhaustivo de quién está con los niños, como está, controlar situaciones. Que los niños siempre que estén con el Barça tengan un entorno seguro, saludable y puedan practicar el deporte de la mejor manera posible. Siendo padre como soy de dos críos pequeños la proximidad que tienes en temas así es más grande. Estoy contento de poder ayudar en la protección de los niños. Todo lo malo que les pase a los niños no tendría que poder pasar porque son la alegría de la vida. Que estén contentos, seguros y felices para mí es lo más importante.

Víctor Tomàs: "Una retirada como la mía es más traumática. Lloré mucho"

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