Este Barça-Valencia del sábado, a las 16.15 horas, en un desértico Camp Nou, no es un partido cualquiera. Son dos grandes, inmensos, de la Liga española metidos en demasiados líos y, sobre todo, con demasiados altibajos y sinsabores como para no reparar en la importancia del duelo. Los locales, obligados a aspirar siempre al título, han perdido ya cuatro partidos de Liga y son solo quintos; los visitantes, eternos candidatos a los puestos de la Champions, han sido derrotados ya cinco veces y figuran en la 12ª posición del campeonato. El Barça, además, atraviesa un momento delicadísimo institucional y económicamente, y el Valencia está en manos de un magnate, Peter Lim, al que solo le interesa su cuenta bancaria y que ni siquiera se atreve a acercarse por la ciudad del Túria.