El PSG ya se ha ganado el respeto de Europa

El millonario club francés es el vigente subcampeón de Europa con los goles y la fantasía de Neymar y Mbappé

  1. Neymar volverá a jugar en el Camp Nou, por un día, en el duelo del próximo mes de febrero
  2. Rafinha también se incorporó al club francés en el último día del mercado.
  3. El precedente más inmediato con el PSG es el milagro del 6-1 que levantó el 4-0 de la ida

Ángel di María celebra con sus compañeros un gol al Leipzig en la semifinal de la pasada campaña. / Manu Fernández / Afp

Salió tan sonrojado Nasser al Khelaifi del Camp Nou el 8 de marzo del 2017 que se repitió a sí mismo que no volvería a pasar una vergüenza igual. Costara lo que costara. Y ha costado. Más dinero que tiempo, aunque se ha quedado a un paso todavía de conseguir el objetivo que se trazó, el gran objetivo. El objetivo: ganar la Champions. El intratable Bayern de Múnich que iba aplastando a todos los rivales que encontraba por el camino se lo impidió.

Aquella noche barcelonesa Al Khelaifi salió con un propósito arrastrando la inaguantable carga del 6-1 que había hecho trizas el 4-0 de la ida del Parque de los Príncipes. Entre la venganza y la convicción iba a fichar a una superestrella que marcara la diferencia. Imposibles Messi y Cristiano, abordó la adquisición de Neymar, autor de dos goles aunque la foto de las portadas fue para un Messi aupado sobre una valla (y alguna para Sergi Roberto, el autor del sexto gol en el minuto 95). El 6-1 fue el último signo de grandeza azulgrana. El 4-0 había sido el primer aviso del declive.

Sergi Roberto celebra el 6-1 que certificaba la remontada ante el PSG del 2017.

/ Ferran Nadeu

Dos golpes en el mercado

Al Khelaifi y Neymar se pasaron el verano de idilio y comenzado el mes de agosto, dejaron noqueado al Barça con el pago de los 222 millones de la cláusula. Al mismo tiempo aparecía la cabecita de Kyllian Mbappé en Mónaco y el empresario catarí no quiso dejarle escapar, entregando otros 180 millones (145 más 35 en variables). Mbappé era una de las opciones que manejó durante todo el verano el Barça, que al final se decantó por Ousmane Dembélé, con el resultado final por todos conocido.

Volverá Neymar por un día al Camp Nou, liberado de la angustia que sintió al ser retirado en camilla el domingo. Dolorido y lloroso, temió ser víctima de otra grave lesión, esta vez en el tobillo izquierdo. "Las lágrimas fueron provocadas por el dolor, la desesperación, el miedo, la angustia, la cirugía, las muletas y otros recuerdos ruines...", escribió Neymar en su cuenta de Instagram. "Pudo ser peor, pero una vez más Dios me libró de algo serio", añadió, contento con saber que solo estará tres semanas de baja.

Neymar, durante el partido del PSG ante el Olympique de Lyon, este domingo, antes de lesionarse. 

/ Franck Fife / Afp

Con Neymar y Mbappé -más el morbo añadido del exazulgrana Rafinha, regalado gratis el último día del mercado de verano con solo 3,5 millones en variables-, el PSG se ha ganado el respeto de Europa por el poderío ofensivo que tiene, reforzado por los argentinos Ángel di María y Mauro Icardi y el italiano Moise Kean. Unai Emery acabó la temporada pese al humillante 6-1 y dispuso de una segunda oportunidad, que también acabó en octavos.

Subcampeón de Europa, tercero en Francia

El entrenador es ahora el alemán Thomas Tuchel, de 47 años. Alcanzar la final de Lisboa en agosto, aunque se perdiera ante el Bayern, es lo que le permitió conservar el puesto de entrenador. Tuchel vive en una cuerda floja permanente, no tanto por los resultados -han empeorado, ya que no lidera la Ligue 1, es tercero a un punto del Lille y el Lyon- como por la convivencia con una plantilla de egos, con quienes ha tenido frecuentes desencuentros. Imposible contentarlos a todos. No parece peligrar su puesto, momentáneamente.

Thomas Tuchel, durante el PSG-Lyon del domingo.

/ Charles Platiau /Reuters

El recuerdo del 6-1

Si al Barça un posible emparejamiento ante el Bayern le causaba pavor (por el 2-8 del mes de agosto) y generaba pánico reencontrarse con el Liverpool (4-0) en la penúltima humillación, esos sentimientos son los que anidan en el PSG, aunque ya se han diluido en el tiempo después de cuatro años.

El gol de Sergi Roberto en el último minuto culminó la apoteósica noche en la que todos los astros se alinearon para que el Barça remontara el 4-0 de la ida en París, un síntoma de decadencia que por entonces pasó inadvertido. El Barça vencía por 2-0 en el descanso (goles de Luis Suárez y Kurzawa en propia puerta) y por 3-0 en el minuto 50 tras un penalti transformado por Leo Messi. La hazaña se antojaba imposible cuando Edinson Cavani había enfriado el Camp Nou (m. 62).

Pero en el minuto 87 Neymar encendió de nuevo la hoguera del Camp Nou al transformar una falta directa (4-1) y se precipitó la apoteosis. Suárez provocó un penalti que transformó Neymar (m. 91) y en los cuatro minutos siguientes continuó el asedio hasta desembocar en el célebre gol de Sergi Roberto en el minuto 95.