Poco a poco, Ronald Koeman va recuperando jugadores pensando en el estreno amistoso del próximo sábado en el estadi Johan Cruyff ante el Nàstic de Tarragona. En la primera sesión del miércoles se han incorporado cinco jugadores nuevos. Messi y Coutinho han abandonado ya los entrenamientos de carácter individual y han trabajado con el grupo, aunque parece difícil que redebuten el sábado porque apenas llevarán dos sesiones son el grupo porque el técnico ha dado fiesta el jueves a la plantilla.

A la espera de que se desbloqueen las salidas de Arturo Vidal, camino del Inter, y de Luis Suárez, que negocia con la Juventus, Koeman también ha recuperado a tres futbolistas que tenía repartidos con las selecciones. Busquets y Ansu Fati, el niño de los prodigios que no para de batir récords, jugaron con la España de Luis Enrique, mientras De Jong estaba con la selección de los Países Bajos.

Koeman aún espera la llegada de Griezmann y Lenglet. Ambos fueron titulares en el triunfo de Francia sobre Croacia (4-2) en París. El técnico tiene reservado un rol especial para el exjugador del Atlético de Madrid, que estuvo decisivo en la victoria sobre los croatas (marcó el 1-1 y asistió en el tanto de Upamecano, que era el 3-1, con un preciso lanzamiento de saque de esquina). El central es, junto a Piqué, uno de los pocos intocables en la estructura defensiva del nuevo entrenador azulgrana.

Cuando reciba a los dos jugadores franceses, Koeman dispondrá de la plantilla ya en sus manos. Una plantilla incompleta porque faltan salidas y, sobre todo, fichajes. Depay y Wijnaldum son los dos objetivos que quiere el técnico del Barça para refrescar un vestuario que se enfrenta a una nueva era tras el 2-8 de Lisboa donde quedó certificado el final del antiguo regimen azulgrana.