El Barça volverá a medirse este sábado (23.00 h) con el Nápoles en el último amistoso antes del debut en la Liga en San Mamés. Los azulgranas, que derrotaron con apuros al cuadro italiano en Miami (2-1), jugarán ahora en el Michigan Stadium, el segundo más grande del mundo, con una capacidad para 107.601 espectadores. Hace cinco años ya acogió un Madrid-Manchester United.
Busquets y Rakitic marcaron los tantos del Barça en el anterior partido, en el que se esperaba ver en acción al tridente formado por Suárez, Griezmann y Dembélé. Valverde, sin embargo, siguió haciendo probaturas y empezó con Carles Pérez en el once. Dembélé entró en la segunda mitad y fue el más desequilibrante.
La sinceridad de Arthur
En esta ocasión volverá a haber cambios, empezando por la portería, en la que Ter Stegen regresará tras una buena actuación de Neto. Coutinho, Arturo Vidal y Arthur, que llegaron los últimos después disputar la Copa América, podrían tener su primeros minutos.
Arthur reconoció su «mala preparación física» el pasado curso y apostó por la continuidad de Coutinho. «Tiene que estar contento para quedarse y lo está. Mi deseo es que siga con nosotros porque es un crack y un gran amigo», dijo el centrocampista.
La expedición azulgrana volverá en vuelo chárter a Barcelona justo después del partido y aterrizará este domingo en El Prat a las 11.00 horas. Messi, mientras, sigue recuperándose de su lesión muscular en Sant Joan Despí.