A principios de julio, en pleno incendio del área deportiva del club tras la dimisión del vicepresidente Jordi Mestre, Josep Maria Bartomeu reveló que había mantenido una conversación telefónica con Víctor Valdés en la que el portero del 'Pep Team' le preguntó: "Presi, ¿no crees que es hora de que vuelva al Barça?". Pendiente de acometer una profunda reestructuración del fútbol formativo azulgrana, Bartomeu le abrió a Valdés las puertas de la entidad y le pidió unos días para diseñar una propuesta a medida. Ya la tiene sobre la mesa. Y la ha aceptado. Víctor Valdés, pilar del FC Barcelona más triunfal de la historia, volverá esta temporada al club de su vida para dirigir al Juvenil A.
Ha pasado un lustro desde que el guardameta de Gavà abandonó el Camp Nou por la puerta trasera, enfrentado con la directiva y con una parte de la afición por no haber aceptado una renovación del contrato y convaleciente de una grave lesión que acabó frustrando su sueño de reinventarse en la portería del Mónaco. Se reencontró, para su desdicha, con Louis Van Gaal en el Manchester United y acabó perdido en la Liga belga, defendiendo los colores del Standard de Lieja. Volvió a la Premier de la mano de Aitor Karanka en el modesto Middlesbrough, pero la cosa acabó mal y VV, el portero que nunca quiso ser portero, decidió colgar los guantes a los 35 años.
De Moratalaz al triunfo
Para entonces, Valdés ya había empezado a sentirse entrenador, una inclinación que lo llevó a compartir curso con ilustres excompañeros como Xavi Hernández, Xabi Alonso y Raúl González. Mientras asistía a clase para obtener el título de entrenador con licencia UEFA Pro, el ya exportero se fogueaba en los banquillos empezando por abajo: la dirección del equipo juvenil del Moratalaz madrileño. Un modesto conjunto de barrio al que convirtió en campeón de la liga regional y de la Copa de Campeones de la Comunidad de Madrid (tras batir al mismísimo Real Madrid).
En esa primera temporada en los banquillos, Valdés destacó por sus innovadoras ideas y por la obsesiva dedicación con la que preparaba los partidos. A tal efecto diseñó incluso un método de orientación táctica, bautizado como Futtack, que le permitía abordar todas las acciones que debían desempeñar los jugadores sobre el campo y las diversas posibilidades que cada una de estas acciones generaba. Parece complicado, pero los jóvenes futbolistas del Moratalaz lo captaron a la perfección.
Su buena campaña no pasó desparecibida para Josep Maria Bartomeu, que se ha implicado personalmente en el regreso de este hijo pródigo que abandonó el club después de conquistar tres Champions, dos Mundiales de clubs, seis Ligas y dos Copas del Rey. La incorporación de Valdés forma parte, además, de una operación más amplia con la que el presidente del Barça quiere ganar control sobre la parcela del fútbol base con el fin de blindar la filosofía de juego que se ha convertido en bandera del club. Y es, en este sentido, altamente significativo que VV llegue para ocupar la plaza de Denis Silva, cuya continuidad al frente del Juvenil A había sido defendida por el mánager general deportivo, Pep Segura.