Rafinha y Riqui Puig se cuelan en la fiesta de Messi

Encajado entre la Supercopa de España y el primer partido de Liga, y programado en un horario de calor inclemente, el trofeo Joan Gamper tenía todos los números para convertirse en un trámite algo fastidioso para el Barça; un encuentro de mucho compromiso y poco premio jugado en un Camp Nou de aspecto inusual, animado, eso sí, por la indesmayable afición de Boca Juniors, que ha comparecido en gran (y ruidoso) número.

Sin embargo, ha sido un partido que probablemente recordaremos. Y no tanto por la cómoda victoria de los azulgrana (3-0), por el primer gol de Malcom en el estadio o por los bellos tantos de Messi y Rafinha (sin duda los dos mejores jugadores sobre el campo) como por la radiante irrupción de un chaval de Matadepera de 18 años y aspecto de haber llegado directamente de unas colonias de verano: Ricard Puig Martí.

En su debut en el Camp Nou, Riqui Puig, que ha jugado toda la segunda parte, ha hecho méritos más que sobrados para ganarse un puesto de privilegio en la crónica del partido. Sobrado de talento y de personalidad pese a su edad juvenil y su físico alevín, Puig es el mensaje que los barcelonistas necesitaban para no perder la fe en el modelo de la Masia. Por supuesto aún le faltan muchas cosas para aspirar a dar el salto al primer equipo de manera definitiva, pero tiene toda la pinta de ser el elegido para llevar la antorcha en los próximos años.

Otra clase de Leo

Mientras llega su momento, asistimos una y otra vez a las clases magistrales de Leo Messi, no por rutinarias menos admirables. En una primera parte en la que Valverde ha revalidado su apuesta por el 4-3-3, con Rakitic en la posición de medio centro, Coutinho como interior derecho, Malcom en la izquierda y Munir en el centro del ataque, el astro rosarino ha demostrado que por él no pasan las temporadas. Estupendo en la construcción de juego, inteligente a la hora de elegir los esfuerzos defensivos y exquisito en la finalización, Messi ha cumplido con la tradición de marcar en el Gamper, y lo ha hecho con una deliciosa vaselina tras una pared involuntaria de Buffarini. Antes, un prometedor Malcom había abierto el marcador con un disparo lejano que Andrada no ha sabido atajar.

En la segunda parte, tras el proverbial carrusel de cambios, el juego ha sido más discontinuo, pero los destellos de Riqui Puig, el buen partido de Lenglet y, sobre todo, el fenomenal despliegue de Rafinha, que ha coronado su actuación con un vistoso gol, con sombrero al portero incluido, han sido alicientes más que suficientes para mantener el interés.

En resumen, el partido ha dejado buenas sensaciones y bonitas promesas pero pocas conclusiones válidas. Tampoco cabía esperarlas. Al fin y al cabo, el año pasado la gran figura del Gamper fue Deulofeu y en enero el de Riudarenes estaba jugando cedido en el Milan. El sábado, ante el Alavés, empieza la temporada de verdad.