EL FORTÍN VIGUÉS

La indefinición del equipo de Unzué

El Celta alterna luces y sombras en una irregular temporada en la que todavía aspira a una plaza europea

Aspas, la estrella del Celta, en un partido contra el Espanyol, pelea con Aaron Martín. / Salvador Sas

El Celta de Unzué recibe al líder con la necesidad de sumar una victoria que le mantenga con opciones de pelear por una plaza europea que ahora tiene a cuatro puntos de distancia. El navarro advierte de que al Barcelona no le espera un partido plácido en Vigo a pocos días de la final de la Copa del Rey.

Sabe de lo que habla el entrenador del conjunto celeste, pues siendo segundo de Luis Enrique Martínez en el club azulgrana cayó por goleada en Balaídos en los dos anteriores ejercicios (4-1 y 4-3). Es más, esta plaza gallega se ha convertido en un dolor de muelas para el guardameta Ter Stegen, que se enfrenta a su peor rival en España: 12 goles ha encajado el alemán ante los celestes, de los que cuatro llevan la firma de Iago Aspas. Sin embargo, el equipo vigués es ahora mismo una incógnita por su indefinición, por alternar luces y sombras.

Mejor cara como local

A pesar de su irregular temporada, el conjunto vigués muestra su mejor cara como local, pues no pierde en lo que va de 2018. La última víctima fue el Sevilla (4-0). Sin embargo, la derrota del sábado en Leganés (1-0) deja de nuevo en entredicho el proyecto de Unzué en Vigo.

El posible regreso de Luis Enrique (Chelsea o PSG), abre interrogantes sobre el futuro de Unzué

La proximidad del posible regreso de Luis Enrique Martínez a la actividad –le tientan clubes como Chelsea, PSG e Inter–, abre interrogantes sobre el futuro profesional de Unzué, quien en su debut como máximo responsable de un banquillo de Primera siembra dudas. Además, cuando se daba por hecho que su contrato en Vigo era por dos temporadas, el propio interesado se descolgó días atrás con una matización llamativa sobre sus planes señalando que se había comprometido con el Celta por un año y que el siguiente era opcional.

Es la cuarta vez que Celta y Barcelona se ven las caras en esta temporada después de que el sorteo de la Copa del Rey les emparejase en los octavos de final. En Balaídos se cierra un cuádruple duelo que por el momento dominan los azulgrana gracias a su goleada copera en el Camp Nou (5-0), después de que la ida en Vigo se produjese un empate (1-1), mientras que las tablas también se dieron en la Ciudad Condal en la primera vuelta de LaLiga (2-2).

El tándem Unzué-Luis Enrique suena a reencuentro / ALBERT GEA (EFE)

“Tal y como estamos ahora, no podemos firmar el empate, tenemos la necesidad de ganar, sabiendo la dificultad que ello conlleva. Tenemos que salir a ganar, a plantarle cara. Ellos saben que aquí no van a tener un partido plácido", señaló ayer Unzué, quien para este partido pierde a Hugo Mallo y a ‘Tucu’ Hernández por acumulación de tarjetas.

Instalado en la irregularidad

El Celta no ha respondido a las expectativas, a pesar de merodear por la séptima plaza durante el curso. El equipo vigués se instaló en la irregularidad desde el arranque, a pesar de contar con una plantilla de mayor calidad que el curso pasado y con una de las mejores parejas de goleadores de la competición (Aspas y Maxi Gómez).

La imagen ofrecida el sábado en Butarque es preocupante, por reiterativa. “Lo mejor que suele pasar en estas situaciones es ver el siguiente partido lo antes posible. Es la mejor forma de revertir ese estado de ánimo, y si aún por encima es contra un Barcelona y jugándonos nuestras opciones por ese séptimo puesto, para mí es un partido muy fácil de preparar en cuanto a motivación porque los jugadores van a estar al cien por cien, no tengo ninguna duda", añadió un cuestionado Unzué.