1.- El mejor guardián que tuvo Ter Stegen
Defendió Piqué más lejos que nunca. Y defendió con una inmensa pradera a su espalda, pero no cometió ni un solo error. Dictó una lección de anticipación, además de gobernar el área de Ter Stegen sin necesidad apenas de pisarla. No lo tenía fácil con Diego Costa, pero lo fue apartando, con su impresionante lectura táctica, de tal manera que lo hizo desaparecer del Camp Nou. No solo fueron los nueve balones que recuperó sino la sensación de liderazgo que transmitió, pese a su dolorida rodilla.
Iniesta, en el momento de sufrir su lesión muscular en la pierna derecha /
2.- La mirada defensiva (y fiable) del 4-4-2
Se lesionó Iniesta y entró André Gomes, que recorrió las dos bandas del juego ofensivo del Barça. Empezó como volante derecho y terminó por la izquierda. Abandonó el campo Coutinho y apareció Paulinho. Otro gesto más de la mirada defensiva de Valverde, encadenado a su 4-4-2 preferido. No hubo ni un solo segundo para Dembélé, que se pasó la
segunda parte calentando. El técnico del Barça apostó por fortalecer su estructura defensiva. Hubo un partido con Iniesta, otro sin él.
3.- Cuatro delanteros, pero poco veneno cholista
Empezó Simeone con Griezmann y Diego Costa. Pero no intimidaron al Barça. Luego, con el 1-0 de Messi, el Cholo introdujo primero a Correa y, finalmente, a Gameiro. Hasta cuatro delanteros usó el técnico del Atlético para acercarse a Ter Stegen, pero no lo consiguieron. Mucho atacante, poco veneno. Quería llegar, pero el Barça, pertrechado en ese 4-4-2 que tanto le gusta a Valverde, blindó su casa. ¿El retrato? Griezmann (cero tiros), Diego Costa (cero), Correa (cero) y Correa (también cero).