La verdad es que Abelardo Fernández (19 de abril de 1970), 'Pitu' para todo el mundo, no solo para el planeta fútbol, necesitaba un subidón para superar la tristeza de haber tenido que abandonar el banquillo de su amado Sporting de Gijón. El mismo subidón que ha proporcionado él a la plantilla del Alavés, que va camino de salvarse.

Veo que ha cambiado su foto de washap y ha puesto la piña del equipo antes de la tanda de penaltis ante el Valencia. Créame, fue muy, muy, bonito. Fue una piña tremenda, en la que quedó plasmado el enorme compañerismo e, incluso, la tremenda complicidad que hay entre todos los jugadores. Y, sí, creí que era un buen momento para cambiar mi retrato por esa imagen. Además, si se fija, al fondo, aparece mi calvita.

Esa piña, esa camaradería, esa complicidad debe ser vital para remontar malos momentos. Es el punto de partida para intentarlo, desde luego. Mire, yo me despedí del fútbol en el Alavés, en Vitoria. Este club y esta ciudad me encantan. Cuando deje Gijón, traía los dedos cruzados, pues el Alavés estaba descendido o casi. Y me encontré un vestuario maravilloso, sí. Aquí hay chavales como Manu García o Laguardia, que te ayudan mucho, mucho, y que tiran del resto, aunque todos, todos, han puesto muchísimo de su parte para remontar el vuelo.

¿Es cierto que ya habían hablado en pretemporada? Sí, es verdad, hablamos bastante pero, al final, se decantaron por Gianni De Biasi, así que cuando vinieron a buscarme ya teníamos muchas cosas habladas. Quería un sitio cercano a Gijón, a casa, y estoy a tres horas de coche. Me he venido solo, pues aquí hay un equipo de ayudantes fantástico, que conoce el club y la plantilla de maravilla.

Su equipo no solo defiende, también ataca y ataca con ganas. No es lo mismo hacer pretemporada que no hacerla, pero siempre me han gustado los equipos verticales, gente rápida, laterales que suban…4-4-2, que apriete arriba. Y los chavales cogieron las cuatro ideas fundamentales enseguida, trabajaron muchísimo y, al acompañar los resultados, todos se vinieron arriba.

Vitoria por Gijón, Alavés por Sporting, la ciudad en la que acabó su carrera por la de toda tu vida… Gijón es mi casa. Incomparable. Allí la presión te acompañaba hasta en el semáforo, tooooodos los días. Y lo digo con mucho cariño, sin remordimiento ¡ni mucho menos! Gijón es una ciudad muy futbolera y la gente te consulta por la calle. No había forma de desconectar nunca. Aquí, en Vitoria, es otra cosa, puedes desconectar.

¿Futbolísticamente también se nota el cambio? En Gijón, casi todos los chicos los había tenido en el filial y la relación era mucho más cercana. Aquí, en Vitoria, lo ha sido desde el primer día pero, claro, en El Mareo, era de cariño, de relación casi paternal. Aquella experiencia debía vivirla. El fútbol te patea muy a menudo el culo y los reveses te hacen más fuerte si eres capaz de superarlos. Por fin he podido ver fútbol. He visto cientos de partidos, créame.

Los entrenadores siempre a la suya, siempre solos, siempre en la cuerda ¿no? Todos los entrenadores sabemos que, tarde o temprano, vamos a ser despedidos. No puedes ganar toda la vida. Imposible. Solo tenemos que fijarnos en Zinedine Zidane, al que cuestionan tras ganarlo todo ¡es tremendo! Los técnicos siempre vamos a tener una mala racha de resultados. Siempre. Los tiene el Madrid y los puede tener el Barça, ¡cómo no los vamos a tener los demás!

De nuevo pisará el Camp Nou, que cosquilleo ¿no? ¡Bua!, tremendo, único, fantástico, ¡qué maravilla! Mi casa durante ocho años ¡ocho años! No hay muchos, no, que, no siendo de casa, de la cantera, de La Masia, puedan mostrarse tan orgullosos como yo de haber estado ocho años en esa casa. Ocho años para uno que no ha sido Xavi ni Iniesta, eso es muy grande. Me encanta volver.

Como los ve. ¿Cómo los veo?, ¡tremendos! Están a un nivel excepcional. Ernesto (Valverde) está haciendo un trabajo extraordinario. Mira que el Espanyol se lo puso cuesta arriba, pero el Barça, que mereció más de un 2-0, está a un nivel muy por encima de los demás. Los veo ganando los tres títulos otra vez, el triplete, sí. Y no por las bestias que tienen delante, no veas ahora con Coutinho, sino porque defensivamente y, sobre todo, como bloque son impenetrables.

Desde luego, parece muy difícil ganarles. No paro de verles en videos y, la verdad, es muy, muy, difícil meterles mano. Y no solo para el Alavés, para cualquiera. Es un equipo defensivamente muy bien trabajado. Todo el mundo se fija en su ataque superlativo, pero defensivamente, con la participación de todos y el tremendo trabajo y solidaridad de esas dos líneas de cuatro, con Suárez y Messi un poco a la suya, les convierte en un equipo muy difícil de batir. Sus transiciones defensivas son muy eficaces, se repliegan muy bien, se ayudan mucho entre ellos... Ayudas, coberturas, pocas distancias entre ellos, no dejan meter pases filtrados por dentro…y Messi.

Eso, y Leo Messi. Yo creo que está en uno de los mejores momentos de su vida. Nunca lo había visto tan completo, tan total, tan eficaz y servicial. Para definir a Messi, basta con fijarse en que es el mejor asistente del campeonato y eso, para alguien tan grande como él, es la viva demostración de que tiene fútbol para todos. Lo importante, siéndolo, no son sus goles, no, es cómo hace jugar a los demás, como se solidariza con el equipo. Hace cosas increíbles e imposibles. Mi hijo Diego, un extremito rápido, alucina con Leo ¡vaya! Es muy, muy, del Spórting, claro, pero es muy, muy, del Barça. Perdón, muy, muy, de Leo.

Si los buscas, como hizo Quique Setien, te golean; si los esperas, como planeó Quique Sánchez Flores, te elimina. Dependes de ellos, no hay que darle muchas más vueltas. Un equipo como nosotros para ganar en el Camp Nou, tiene que tener un día cien por cien efectivo, suerte y que el porcentaje de acierto del Barça sea bajísimo, pues oportunidades van a tener un montón. Es muy difícil ganarles, sí. Pero, insisto, no solo nosotros, no, la Juve mismo. Pero eso no significa que no vayamos a competir. Ya ha perdido en la Copa y algún día tiene que perder en Liga. Igual no pierde nunca, pero algún día perderá e igual es este domingo, mira.