El análisis táctico del Alavés-Barça: posesión es identidad

El Barça recupera su mejor versión a través de la pelota

Neymar celebra el gol, el segundo que marca en los tres últimos partidos de Liga. / ÁLVARO BARRIENTOS

UN EXTREMO QUE JUEGA DE LATERAL

Aleix Vidal jugó cinco partidos de agosto a diciembre. Ahora llevaba seis en menos de un mes. La grave lesión clausura su temporada de forma anticipada. De ser un marginado con un pie en el mercado de invierno ha pasado a ser un factor desequilibrante en ataque. El partido de despedida de Mendizorroza fue un ejemplo perfecto.

El Barça marcó seis goles, pero una de las mejores acciones fue el centro de Aleix, al primer toque, que colocó a Suárez ante Pacheco para inaugurar el marcador. Los números reflejan la notable aportación ofensiva que ha ofrecido el tarraconense en sus últimas apariciones.

JOSÉ RAMÓN GÓMEZ

Aleix Vidal y André Gomes frenan la incursión de Katai.

Su progresión ya se intuía al terminar el 2016, con dos asistencias en los dos últimos partidos ante el Borussia y el Hércules. Un defensa con espíritu de extremo es Aleix, cuya mayor debilidad, y el principal reproche de Luis Enrique, es que no recupera la posición rápidamente. Umtiti tuvo que taparle.

EL CONTROL DEL JUEGO Y DEL MARCADOR

El Alavés se pertrechó en una franja de 20 metros al borde del área inmediatamente después de que su primera presión resultara infructuosa. Cedió la pelota y el espacio al Barça, que tuvo que mover de lado a lado la bola para forzar algún espacio por el que colarse. De la izquierda (André Gomes) a la derecha (Aleix Vidal) voló el cuero, y de ahí al centro para que lo aprovechara Luis Suárez.

JOSÉ RAMÓN GÓMEZ

Busquets, que reaparecía como titular, observa la pugna entre Umtiti y Katai.

El equipo firmó al descanso un índice de posesión del 74%, el más alto de los últimos partidos, lo que prueba que ofrece su mejor versión, su identidad, con la pelota. Al final terminó con un 68%, superior al decepcionante partido ante el Betis (65%), a la engañosa cita con el Athletic (56.5%) y la apurada eliminatoria con el Atlético (58% en el Calderón, 55% en el Camp Nou).

Aunque el Barça quiere siempre el balón, en Mendizorroza se benefició de las concesiones defensivas del Alavés, de su cansancio (jugó en la Copa un día después de los azulgranas) y el desánimo que cundió en las filas blanquiazules al ver que con el 0-2 tenía una montaña ante sí. El once vitoriano se desparramó por la ladera (cuatro goles entre los minutos 59 y 67).

GOLEADA FINAL PARA EXPERIMENTAR

La fórmula de los dos centrales zurdos (Umtiti y Mathieu) se repitió en Vitoria tras el buen resultado que dio de Eibar. La goleada fue incluso superior (0-4 en Ipurua) y el equipo mantuvo igualmente la portería a cero.

Umtiti ejerció en la derecha por su mayor adaptación a ese lado, en el que ya había jugado en Francia, y aguantó la presión añadida de ver una tarjeta en el minuto 5 cuando acudió a la banda para cubrir las espaldas de Aleix. Luis Enrique le sustituyó por Jordi Alba y la entrada del lateral desplazó a Mathieu a la derecha y a Digne al centro, que se estrenó en esa posición.

JOSÉ RAMÓN GÓMEZ

Los jugadores del Barça celebran uno de los goles al Alavés.

El otro defensa del banquillo, Sergi Roberto, fue usado por Luis Enrique para relevar a Busquets, también amonestado (forzó la tarjeta para garantizarse la cita ante el Atlético), como mediocentro. Las rotaciones se limitaron a las dos últimas líneas. Messi, Suarez y Neymar completaron los 90 minutos y Alcácer no pudo participar del festival.