La batalla comenzó un 18 de octubre del 2010 y las heridas del barcelonismo, como si hubiera dos Barças, recordando a las dos Españas, se fueron abriendo, sobre todo en los tribunales, con una directiva presidida entonces por Sandro Rosell que presentaba una acción de responsabilidad contra la junta saliente, la de Joan Laporta, acusándola presuntamente de haber generado pérdidas durante el mandato superiores a los 47 millones de euros. Impugnaciones, juicios y más recursos han mantenido hasta ahora el pulso abierto.         

Este domingo, la asamblea extraordinaria de socios del Barça autorizó a la junta de Josep Maria Bartomeu a retirar el recurso --aunque solo sea parcial, por ahora-- contra los 11exdirectivos de los 16 que se encontraban bajo el manto judicial. Bartomeu comunicó a la asamblea que este lunes mismo se realizará el trámite, a la vez que animó a los seis exdirectivos (entre ellos Laporta) que se mantienen firme en su pulso a "escuchar a sus compañeros, a seguir su esfuerzo" para cerrar de una vez por todas la gran herida azulgrana.

 Era el único punto caliente en una plácida asamblea extraordinaria que se convocó para buscar el apoyo social y permitir la nueva marca (la firma japonesa Rakuten) que los jugadores lucirán en sus camisetas la próxima temporada.

Hasta aquí perfecto, pero el club, después de llegar la pasada semana a un pacto con 11 de los 16 directivos de la era Laporta y también con la compañía Zürich, que había asegurado parte de las presuntas pérdidas de la anterior directiva, tenía que convencer a los compromisarios para que ratificaran la paz parcial del barcelonismo, a través de una propuesta que se había guardado como el mejor de los secretos.

La verdad es que la asamblea extraordinaria no levantó muchas pasiones entre los 4.494 socios convocados, ya que apenas 400, menos de un 10 por ciento, se dejaron ver en el Palau de Congressos de  Catalunya, en la Diagonal de Barcelona. Y de estos, 328 votaron a favor --hubo 24 negativas y 24 abstenciones-- y apoyaron la propuesta de la directiva de Bartomeu de autorizar  según la pregunta formulada "a esta junta directiva  a desistir el recurso de apelación relativo a la acción de responsabilidad  contra los demandados que han firmado el acuerdo y desistir en su impugnación". Lo que en otros términos quiere decir que si Laporta y los cinco excompañeros que se mantienen firmes y no retiran su recurso, la acción de responsabilidad seguirá adelante en los tribunales y hasta puede acabar en el Tribunal Supremo.

Se votó un texto complicado, que seguramente muchos no entendieron. Por eso, Bartomeu respondió cada vez personalmente las dudas de los socios que mayoritariamente pedían el cese de la contienda, petición que hicieron extensible a Laporta, ausente de la asamblea. Bartomeu, al final, ese mostró más dialogante y dejó la puerta abierta para cerrar definitivamente la "carpeta que llevamos seis años abierta".

"Es un tema muy complejo que a todos nos cuesta entender --explicó Bartomeu-- . Pero el acuerdo que ahora proponemos permite que no haya ni vencedores ni vencidos. Si no hay acuerdo, pierde el Barça. Así lo han entendido los exdirectivos que se han sumado al acuerdo".

Defendió Bartomeu que Laporta dejó una gran "herencia deportiva" pero "un club en una mala situación económica" y recordó que, a su juicio, Sandro Rosell, hace seis años, se mostró más favorable a no solicitar la acción de responsabilidad que a ejecutarla.

Jordi Calsamiglia, secretario del club, explicó los pormenores legales y el historial de la acción de responsabilidad, a la vez que defendió que, aunque el juez dio la razón a Laporta en el primer juicio, las cuentas no quedaron clarificadas. De ahí el recurso que ahora se retira de forma parcial. "Al final el juez falló que había un beneficio de cinco millones pero quitó algunos puntos económicos que no quedaron contemplados en la sentencia".