MUNDIAL DE BALONCESTO

Argentina promete pelea para la final ante España

Luis Scola (28 puntos y 13 rebotes) fue el líder el triunfo de la albiceleste ante una Francia maniatada (80-66)

Luis Scola celebra el triunfo de Argentina ante Francia. / AP

Argentina será el rival de España en la final del Mundial de baloncesto, después de eliminar a Francia, verdugo de Estados Unidos en cuartos de final, con un intenso y completo partido que se llevaron con autoridad (80-66) liderados por un inmenso Luis Scola con 28 puntos y 13 rebotes. “Esto es difícil de superar, pero vamos a dar pelea en la final”, auguró exultante tras el partido el pívot de 39 años.

Después de hundir en cuartos de final a Serbia, tocada tras la derrota ante España, Francia terminó maniatada y desquiciada ante la insaciable voracidad de una Argentina que llega al partido por título invicta en el campeonato: “No tenemos un segundo de desconcentración, somos insoportables”, bromeaba tras el partido el seleccionador albiceleste Sergio Santos.

La selección argentina volverá a una final mundialista 17 años después, en Indianápolis, entonces consiguió una medalla de plata que fue el preludio del oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y ya estaba Scola entre sus filas: “Él nos muestra el camino con su profesionalismo, es nuestro líder y amamos seguirlo”, aseguró el madridista Campazzo. “Uno puede pronosticar cosas, después pueden pasar o no, pero este equipo tiene cosas de aquél que se fue formando desde el año 99”, recordó Luis Scola.

La final ante España

Entre el entusiasmo generalizado de la celebración: “Los sacamos de la cancha. Nosotros somos un equipazo, no se puede creer. No queremos parar”, decía Laprovittola, el nombre del rival en la final surgía casi sin querer: “El equipo jugó como si nosotros fuéramos los candidatos, contra España vamos a hacer lo mismo”, aseguró el seleccionador. “Conozco muy bien a algunos jugadores de España y sé que son unos asesinos, con ellos no tienes margen para el error”, decía Campazzo aún sin pasar por la ducha. “No le tenemos miedo a nada, a ningún rival”, profirió un entusiasmado Laprovittola.

El colapso de Francia, personificado en el mal partido de Gobert y Fournier, fue responsabilidad de la defensa argentina, que lanzó a un ataque que disfruta jugando, aupado por la confianza en el ímpetu y el colectivo, las armas que le han llevado a revelarse como la gran sensación del campeonato. “Es el mejor equipo que dirigí en mi vida”, aseguró un orgulloso Santos.