Debate 28-M en Badalona, sin Albiol: un combate de boxeo a los puntos evitando el KO

“¿Dónde está Albiol?” y “¿quién dices que es ese chico?” son las dos preguntas clave que se deben responder antes de seguir adelante con esta contracrónica del debate de candidatos a la alcaldía de Badalona que organizó este martes la Agència Catalana de Notícies ('ACN') en el Teatre Margarida Xirgu. Empezando por la segunda pregunta (que tiene bastante menos miga que la primera), la presencia de un prácticamente desconocido Àlex Romero (candidato por Badalona Suma) se explica porque esta formación, que se declara “genuinamente vecinal”, dispone de los derechos electorales del PDeCat (formación que concurrió bajo el nombre de Junts per Catalunya a las municipales de 2019). Ahora sí, sobre la ausencia de Albiol, el director de la 'ACN', Iu Forn, explicó que el candidato popular había declinado asistir pocos días antes (estaba citado desde febrero) aludiendo a “razones de estrategia electoral”. Se trata, entonces, de una curiosa estrategia basada en que es mejor no ganar que jugar y perder. Paradójicamente, casi todos los candidatos que sí asistieron al debate optaron por una estrategia parecida a la de Albiol, la de evitar perder mediante el noble arte de nadar habiendo guardado muy bien antes la ropa. Así que el debate se pareció a un fino combate de boxeo, abundante en fintas y quiebros, y muy falto de golpes directos que pudieran acabar en KO. La mayoría procuró ganar el debate por puntos, sin afear a ninguno de los rivales dejándole la ceja abierta. Al fin y al cabo, todos son conscientes de que han de llegar al 28-M sin demasiado desgaste, ya que solo sumando sus resultados actuales podrían volver evitar una tercera alcaldía de Albiol. David Torrents evitó la siesta Ahora bien, esa mesura en la crítica no la compartió el candidato de Junts, David Torrents, generoso en el reparto de leña hacia ERC y Guanyem. Particularmente contra el candidato de ERC, Àlex Montornès, al que acusó de mentir a cuentas del cumplimiento de las ratios en los trabajadores de servicios sociales. De hecho, fue ese momento el único en que el periodista Jordi Pujolar, quien moderaba la cita, tuvo que intervenir para que se respetase el turno de palabra, en un debate que en general discurrió en un tono respetuosamente institucional. Incluso el público reaccionó con murmullos y comentarios variados, pudiendo demostrar así que no se había quedado dormido. La actitud beligerante del candidato de Junts se entendió mejor cuando el debate acabó y los candidatos revisaron sus redes sociales. Exactamente cuando empezaba el debate (las 18:30 h de la tarde del martes), la televisión pública de Badalona, 'Badalona Comunicació', emitía una entrevista con el concejal Torrents, en la que éste opinaba que preferiría dejar gobernar a Albiol que dar su voto para una hipotética investidura de Àlex Montornès. La entrevista se había grabado al mediodía y Montornès asegura que no supo de las declaraciones de Torrents hasta después de acabar el debate. Para alegría de Alfred Hitchcock, resulta que durante el debate había una bomba a punto de explotar debajo de la mesa, y solo Torrents pudo saborear el suspense de ser el único conocedor de su existencia. La batalla por la segunda plaza Todo enfrentamiento que pudo haber entre los debatientes —dejando de lado a un David Torrents que acabó rayando en lo ‘punk' por su tono y por su deliberado rol de persona cercana a la gente que no pertenece a la política profesional— fue puntual, batallitas de trinchera que no causaron bajas ni heridas. El frente más obvio fue el de Guijarro VS. Montornès, con la mirada fijada en esa segunda posición por detrás de Albiol. Guijarro, ceñido al rol institucional, sin salirse en ningún momento de ningún guion, con el texto bien aprendido. Al 'alcalde alcaldable' le valió con no dar la nota para salir del trance sin un rasguño, y sin despeinarse. Bastante más difícil lo tenía Àlex Montornès, que estuvo obligado a hacer malabares para combinar el doble rol de ser el primer teniente de Alcaldía, que ha gobernado junto a Guijarro, pero que ahora está obligado a criticar al alcalde para demostrar que puede hacerlo mejor que él. Por ese flanco le pudieron recriminar la actitud sus compañeros, siendo Torrents el único que quiso meter el dedo en la llaga. A este respecto, hubo un momento significativo. Se les preguntó a los debatientes sobre los pactos postelectorales, y tanto el candidato de ERC como el del PSC se quisieron arrogar el rol de ser el partido que mejor puede comandar la futura (e hipotética) coalición. Para argumentar su capacidad de generar consenso, Guijarro preguntó a los presentes: “Cuando habéis tenido algún problema de gobierno, compañeros y socios, ¿a quién habéis acudido?”, dijo mientras asentía con los brazos abiertos y miraba a los ojos de sus tenientes de alcaldía. Los demás candidatos no respondieron, pero en el público se escucharon algunos “al papa, al papa”, entre risas. El incombustible David Torrents se desmarcó de la ambigüedad de sus colegas al respecto de los pactos postelectorales con una remarcable tirada de caña al actual alcalde: "Quizá Guijarro lo tiene más fácil para seguir de alcalde porque se lo ha currado más. Es un orgullo haber formado parte del gobierno de Rubén Guijarro; es un orgullo porque me entiendo bien con él y eso es muy importante", dejó ir el candidato de Junts. Otros (muy pequeños) frentes abiertos Otro frente, inesperado, fue el del representante de Badalona Suma. Àlex Romero se esforzó en postularse como alternativa joven y desenfadada a la derecha de Albiol. Le vino bien su ausencia, pudo dibujarse como un relevo generacional "no populista" a lo que representa Albiol. Además, no en vano podía repartir críticas a diestro y siniestro so pretexto de “no haber gobernado nunca esta ciudad, a diferencia de todos vosotros”. Otro frente más sutil, el de Guanyem y En Comú Podem por el voto útil a la izquierda de PSC y ERC. Más propositivas y alejadas de la frase fácil, Sabater y Llauradó mostraron sus credenciales en cuanto a la modernización de la administración la primera (siempre con el referente del gobierno 2015-2018) y las políticas feministas llevadas a cabo este mandato la segunda (Llauradó, con la ventaja de haber podido incidir desde dentro del Gobierno). Quizás por no cargar con la presión de poder protagonizar el 'sorpasso' al PSC (cosa que sí se notó en Montornès), la candidata de En Comú Podem supo llevar hasta su zona de confort todos los temas que iban cayendo. Sólida cuando tocó tratar sobre seguridad y propositiva cuando se tuvo que hablar del funcionamiento del Ayuntamiento, Llauradó pudo enviar el mensaje de que su partido es garantía para arrastrar a la izquierda un hipotético nuevo gobierno de coalición. Además, nadie le confrontó directamente. Plácida noche para el portero, que no tuvo que tocar el balón. En lo que respecta a Dolors Sabater, tuvo un debate muy tranquilo. A ratos, incluso demasiado. Prefirió dedicar sus minutos de palabra a explicar con calma sus propuestas en materia de seguridad, como la concejalía por la Seguridad y la Dignidad Humana, táctica que le restó mucho tiempo para replicar o confrontarse con los demás candidatos. Un terreno, el de la confrontación directa, en el que si llegó a entrar fue de refilón. Así, la poca participación de Sabater, la silla vacía que debería haber ocupado Albiol, y la anecdótica presencia del candidato de Badalona Suma provocaron que el debate pareciera más bien una junta de gobierno del alcalde saliente con sus tres tenientes de alcalde. Lee todas las noticias de Badalona en EL PERIÓDICO Badalona

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