entrevista con Mónica Naranjo, Cantante

Mónica Naranjo: "Quien diga que no hace 'playback' miente"

La cantante exprime sus éxitos en una gira en clave clásica, Adagio, con la Sinfónica de Madrid. Hoy recala en Barcelona.

Mónica Naranjo.

–¿De quién fue idea revestir sus éxitos con una orquesta sinfónica?

–Mía. Es una locura; un proyecto muy arriesgado, pero evolucionas o mueres. Además, es algo que me apetecía desde hace mucho tiempo. Aunque cuando lancé la idea tuve que escuchar: «Ya se ha vuelto loca otra vez». O «tiene que ser la tramuntana, se nota que es de Figueres...»

–¿Y cómo les convenció?

–Cuando se lo comenté a Óscar [su marido y mánager], me dijo: «¿Quieres volver a las raíces, a tu formación clásica, pues yo te lo preparo todo». Y así lo ha hecho.

–En la gira de Stage

--Una sinfónica supera a una banda de rock siempre. Ni los arreglos del rock ni las programaciones de la música independiente logran la fuerza y emotividad de una orquesta.

–¿Qué tal se siente en este contexto lírico? Las veces que le habrán dicho que su timbre es el de una soprano...

–Ha sido fácil adaptarme. Aprendí de allí y me fatiga menos. El primer día de ensayos fue como entrar en el conservatorio y decir ¡guau!

–Aunque me imagino las caras de los instrumentistas...

–Me miraban como diciendo: «¡Pero si esta señora hace 20 años llevaba el pelo de dos colores! ¿Qué es lo que estamos haciendo? Esto no es serio...» Fue coger la partitura y soltarme: «Ah, pero ¿tú sabes solfeo?». Y yo les contesté: «Pues claro, como tú».

–¿Pero acabó la carrera de música?

–No, me quedé a la mitad. Era muy joven y me faltó disciplina.

–¿Y no es muy caro, sobre todo en los tiempos que corren, irse de gira con 30 músicos a cuestas?

–Ni yo ni mi equipo miramos estas cosas, y eso que el presupuesto es escaso. Pero como somos catalanes, tiramos de la peseta y del hilo de cobre. Lo hacemos todo por amor a nuestro trabajo y al arte. Esta propuesta es muy importante culturalmente, porque muchos jóvenes acuden a verme y se encuentran con un registro completamente nuevo. Aún hay un gran desconocimiento de lo que es la música barroca y clásica.

–Ya que en cierta ocasión admitió haber recurrido al playback.

--En qué mundo vivimos, señores. Es absurdo. Si te hace enshowde puta madre y disfrutas, pues cállate. No somos máquinas. Y tenemos días buenos y malos. Además, cantar y bailar a la vez no se puede hacer. Y, ante todo, un respeto, por favor.

–Pero siempre que no te den gato por liebre...

–Claro. Pero es complicado. Si un día te sientes fatal y cancelas el concierto, le haces una faena al empresario, que pierde millones con todo el montaje y la publicidad, y el público se cabrea porque ha movido a Dios y su madre para verte. Es decir, si suspendes, eres lo peor. Y si hacesplayback, también. Entonces, ¿en qué quedamos? Si tengo la menstruación y me encuentro malísima, yo tiro deplayback, sí. En clásica no puedes, pero cuando trabajas con programaciones... Quien diga que no lo hace, miente. Hay mucho hipócrita en esta industria.

–Tras siete años de silencio discográfico, acaba de lograr con el disco y DVD de Stage

–Vivo alejada de todo esto. Es la única manera de seguir sano: no leo las críticas ni veo la tele. Me alegro de que a la gente le guste lo que hago, pero he optado por centrarme en lo que es mi vida, en mi familia.

–Y aprovechando la racha, ¿sacará el directo de esta versión sinfónica?

–Más adelante, seguramente.

–De forma distinta, pero en Adagio

–La marioneta se llama alma y encarna la vida y la muerte.

–Y sigue muy vedette

–Sí, hago tres, sin contar las capas y chaquetas. El vestuario de la alta costura es muy agradecido. Ayuda a crecer. H